The Smashing Pumpkins – Teatro Metropolitan

The Smashing Pumpkins, es una de mis bandas favoritas de la adolescencia, mi primer acercamiento con la banda fue con el video de “The End Is The Beggining Is The End” del soundtrack de la fallida película, Batman & Robin, cuyas guitarras transparentes y tamaño de las mismas, me fascinaban, así como la forma de tocarla de James Iha, la imagen gótica de D’Arcy y la postura de Billy Corgan, eso llamó mucho mi atención, previo a que me fascinara la canción.

Posteriormente, en 1998, lanzaron al mercado Adore, del cual, el sencillo “Ava Adore”, me gustó mucho, y con el video grabado en forma horizontal, es decir, el desplazamiento de la cámara era en esa dirección y simula haber sido realizado en una sola toma, plasmando escenas como si fueran de película, las que se ocupaban de fondo, mientras la banda cantaba y se movía al ritmo de la cámara, en ese instante, pensé equivocadamente que, la banda la conformaban tres individuos, después, vino “Perfect”, un ritmo tranquilo y diferente a mis previos acercamientos, pero me gustaba el video ignorando que era una continuación de 1979.

Después, a finales de 1999, tuve un encuentro mucho más amplio, a través de Los 100 mejores discos de los 90’s, programa emitido por la desaparecida estación de radio Radioactivo 98.5, ahí en esas 100 noches antes del milenio, transmitieron dos discos de la banda, Siamese Dream de 1993 y Mellon Collie And The Infinite Sadness de 1995, en los cuales tuve la oportunidad de escuchar los materiales completos e incluso grabarlos en cassette, lo que me daba la oportunidad de escucharlos en muchas ocasiones.

Asimismo, en MTV, realizaban conteos de canciones o videos representativos o emblemáticos de aquella década que finalizaba, es cierto, que el coqueteo con aquellas imágenes de la banda me atraían, ver el video de “Cherub Rock”, era demasiado para mí, a esa edad de 15 años aún no entendía lo hermoso de su música, manifestado a través de guitarras ruidosas; videos como “Today” o “Rocket”, y sus conceptos sencillos pero bien elaborados, en esos días, el canal de videos se preocupaba por incluir los créditos al inicio y término del video, ponían una cintilla con el nombre de la banda, el disco, director del video y la compañía discográfica, por lo que a partir de ahí, me grabé el nombre de los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris, quienes fueron los realizadores de varios videoclips de la banda; otro video que veía, era “Rhinoceros”, cuyo encanto radicaba en la imagen oscura que se proyectaba de la banda, debo confesar que su ruido todavía no era amigable para mis oídos.

Videos más comerciales como “1979” o “Tonight, Tonight”, llamaban mi atención o la belleza de “Thirty-Three” y “Disarm”, así como la rudeza de “Zero”, o lo sucio y contestatario de “Bullet With Butterfly Wings”, hacían que mi gusto hacia la banda creciera.

Ya para el año 2000, mi gusto por la banda se estableció por completo, con el lanzamiento de Machina – The Machines Of God, con el sencillo “The Everlasting Gaze”, y con una nueva bajista la talentosa y guapísima Melissa Auf Der Maur, cuyo video, resaltaba con su traje en blanco y la banda tocando en un estacionamiento, en donde todo terminaba en destrucción, a ella yo la ubicaba por los videos de Hole, “Malibu” y “Celebrity Skin” del disco del mismo nombre, y  pensaba que, The Smashing Pumpkins, no habían perdido su estatus de gran banda con la colaboración de Melissa, así como el video de “Stand Inside Your Love”, es uno de mis favoritos, evocando a las películas mudas y a una historia de amor.

La joya de la corona fue cuando compré el soundtrack de Singles, comedia romántica de 1992, dirigida por Cameron Crowe, en el que se incluye como último track, “Drown”, que se convirtió de inmediato en mi favorita personal, ese gran track dividido en dos partes, una estupenda canción.

Posteriormente, al crecer y adoptar otros gustos y bandas, mi amor por The Smashing Pumpkins, se fue perdiendo un poco, después de aquel disco del 2000, confieso que no he escuchado sus discos completos, solo sencillos o una que otra canción, pero es cierto que, los tres primeros discos, los exploré una y otra vez, hasta enamorarme de canciones como “X.Y.U.” o “Porcelina Of The Vast Oceans”, entre muchas otras.

La entrada y salida de integrantes para mí, solo mostraba que la magia de The Smashing Pumpkins, se había diluido con el paso del tiempo, y Billy Corgan era un autoritario, que había pisoteado las grandes glorias y momentos de la banda, ese era mi concepto de la banda durante mucho tiempo.

La banda visitó México en algunas ocasiones, y por lo regular, en algunos festivales, pero ninguno de ellos, generó interés alguno en mi persona por ir a verlos, simplemente, ya no me atraían.

Todo este antecedente, solo es para mencionar que el día 5 de mayo de 2022, tuve la oportunidad de presenciar su regreso a los escenarios mexicanos en el Teatro Metropolitan, en el corazón de la Ciudad de México, para lo cual, tuvieron sold out, el 5, 6, 7 y 9 de mayo, cuatro fechas, que al menos creo, nadie esperó que generaran tanta expectativa ni los llenos que tuvieron.

Hablemos del concierto, una combinación de varios elementos, mostraron a una banda en gran forma, al cantante con una voz cuidada, y de regreso a tres de cuatro de los miembros originales, Billy Corgan, James Iha y Jimmy Chamberlin, apoyados de Jeff Schoreder, en la guitarra, quien es ya miembro oficial desde hace algunos años, así como dos músicos de apoyo Katie Cole y Jack Bates, en teclados, guitarra y bajo, dieron un concierto contundente.

Con un setlist muy amplio y para todos los gustos, abarcaron canciones de su última producción CYR, en donde el pop se hace presente a cada momento, y ver bailar a Billy, es algo que no esperaba, pero no lo hace tan mal, tocaron piezas consideradas lados B, como la mencionada “Drown”, o “Hello Kitty Kat” del Pieces Iscariot, o éxitos rotundos y muy esperados como “Ava Adore”, en la cual, mostraron el poderío de banda que es, o sencillos súper conocidos como 1979.

La columna del setlist de 24 canciones, fueron 10 de sus emblemáticos Siamese Dream, (“Today”, “Quiet”, “Cherub Rock”, “Disarm” y “Silverfuck”) y del Mellon Collie And The Infinite Sadness, (“Tonight, Tonight”, “Zero”, “1979”, “X.Y.U.” y “Bullet With Butterfly Wings”), hasta se dieron el lujo de tocar un cover a The Talking Heads, “Once In A Lifetime”.

Uno de los puntos altos fue el momento acústico para interpretar “Tonight, Tonight”, pegada de “Stand Inside Your Love”, así como el emotivo intermedio de “1979” y “Disarm”, la canción elegida para el encore fue de las mejores, “X.Y.U.”, mostrando la potencia de los miembros de la agrupación, debido a la duración de la misma, y a las guitarras distorsionadas, el ruido provocado, haciéndonos viajar muchos años atrás, así como el cierre de la velada con “Silverfuck”, y esa batería precisa e incansable de Chamberlin, fue épico, intenso, dejándonos satisfechos por lo que habíamos vivido esa noche.

Fue un concierto memorable, esperado por muchos fans, me atrevería a decir, que es una banda que lamentablemente no ha permeado en las nuevas generaciones, muchos de los presentes andábamos entre los 30-45 años, pocas personas menores de esa edad.

Gracias The Smashing Pumpkins, por hacernos creer que el rock, aún vive, que hay gente que gusta de las guitarras ruidosas y distorsionadas, y que indudablemente, el día que decidan regresar, tendrán ese público cautivo, esperando ver a sus héroes de la adolescencia.